Carmen Mc Evoy: Mirar el pasado para construir el porvenir

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La historiadora Carmen Mc Evoy es presidenta del consejo consultivo del Proyecto Especial Bicentenario, de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), y responde sin medias tintas. Vivimos en una “república agrietada”, dice, llena de contradicciones, pero hay esperanza en gente muy valiosa y en el papel de la ciudadanía.

Ad portas del Perú bicentenario, con unas atípicas Fiestas Patrias debido a la pandemia del covid-19, que han cambiado el espíritu celebratorio por uno reflexivo, era necesario escuchar a una lumbrera, que mire sin vértigo las raíces profundas del país, para proyectarnos los próximos 100 años. Aquí su mirada en una entrevista realizada por José Vadillo.

¿El Perú del siglo XXI está más cerca de esa república de la libertad, la dignidad, la honradez y la justicia por la que lucharon peruanos como José Faustino Sánchez Carrión?

– Jorge Basadre veía una mesocracia ilustrada en el grupo de provincianos, entre ellos Sánchez Carrión, que derrotan la opción de la monarquía constitucional de José de San Martín. Ellos discutían las ideas de un republicano radical como Thomas Paine. Y en esa coyuntura están los temas que usted menciona. Son temas muy actuales, como la descentralización; donde la dignidad republicana va de la mano de una idea de sociedad con cierto bienestar. Un sector, “los forjadores de la Patria científica”, hablaban de que el Perú, siendo un país tan rico, debía volcar ese caudal entre sus ciudadanos. A pesar de que era una ciudadanía restringida, con esclavos y servidumbre indígena, ya estaban esas ideas flotando y fueron retomadas por los convencionalistas en 1855, cuando se concretó la abolición de la esclavitud y del tributo indígena.

¿Los jóvenes historiadores están muy interesados en investigar sobre el proceso de la Independencia?

–Hay un interés en ellos por presentar nuevas miradas, a otros actores, que se muestra en las conferencias que organizamos en la Cátedra Bicentenario. El Proyecto Especial Bicentenario promoverá un concurso de ensayos para nuevas investigaciones donde el pasado converse con el presente. ¿Qué cosa hemos hecho en estos 200 años? Hay muchos historiadores jóvenes que están regresando a preguntas de historia social, historia económica, historia política, el papel de la prensa. Es algo que entusiasma, a pesar del momento difícil que vivimos. Acá ha habido un boom, no un desarrollo económico. No se ha traducido en un bienestar de la población. Una muy buena parte de la población aún no cuenta con las condiciones sanitarias ni de servicios.

Se habla hoy de la reivindicación del papel de la mujer y de los afrodescendientes durante el proceso de la emancipación. Usted ensayó sobre el “liberalismo inclusivo” de Juan Bustamante.

–La gran figura del siglo XIX es otro provinciano, un hijo de Puno. Juan Bustamante (1808-1868) será testigo de la explotación de las comunidades indígenas, y estas le van a dar a él la representación para llegar a Lima y al Estado. Ellas quieren tributar, pero quieren que el Estado las proteja. Pero son los intermediarios de las provincias, estos gamonales tempranos, los que no lo permiten. Bustamante se rebela contra esta casta y es ejecutado. En el caso de los afrodescendientes, una figura importantísima es José Manuel Valdés, hijo de india y mulato. Consigue un permiso especial, por medio de Hipólito Unanue, y se convierte en un médico reconocido. Valdés es el primero en la línea cuidando a los expedicionarios de San Martín, que están muriendo en Huaral cuando son atacados por la peste. Debe ser reivindicado como científico y hombre que construye la República.

A meses de los 200 años, no hay noticias sobre la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú creada en el 2016.

–Desde hace muchos años, el Congreso es totalmente indiferente a los grandes temas de la reflexión nacional. Los congresistas están interesados en su sobrevivencia política y en las viejas peleas con el Ejecutivo. No sabemos si una nueva comisión está trabajando. Es realmente triste porque en el 2022 se cumplirán 200 años de instalación del primer Congreso Constituyente. Es la historia, la identidad nacional, los procesos que llevan a la consolidación de la República, pero es un tema totalmente secundario a los intereses de los congresistas.

Usted ha mencionado que el “experimento republicano peruano” tuvo fases como el Protectorado (1821-1822) o la Patria Nueva, con Leguía. ¿Qué definición conceptual guía al Perú del Bicentenario?

–Desde hace tiempo, venimos configurando una “república agrietada”, llena de contradicciones, tomada por asalto por mafias; donde la mayoría de los presidentes, salvo Valentín Paniagua, son investigados por delitos de corrupción. Algo ocurrió en estos últimos 20 o 30 años que ha modelado esta suerte de descalabro de la república como proyecto político. Pero creo que existen espacios todavía sanos. Hay funcionarios públicos; médicos, enfermeras que se juegan la vida; maestros preocupados de que llegue el internet a su localidad para que sus estudiantes accedan a la educación… De repente, utilizando la técnica japonesa de Kintsukuroi, de reparar lo roto, podríamos volver a unificarla, sin dejar de lado el dolor, pero con la idea de que podemos construir algo para los 100 años que vienen. Estamos a tiempo y tenemos gente muy valiosa en quienes cifrar nuestras esperanzas. Y necesitamos un Estado eficiente que vele por el bienestar de todos.

¿Alberga esperanza en los niños y jóvenes?

–Tengo confianza en estas nuevas generaciones que están viviendo esta prueba de fuego que es la pandemia. Hay miles de jóvenes, como en el caso del proyecto Bicentenario, que trabajan con las personas de la tercera edad, y su caso ha sido visto como un ejemplo en una reunión en Naciones Unidas. Es decir, cuando a los jóvenes se les comunica una mística, ellos responden. La juventud ahora es sensible a temas de medio ambiente, diversidad, tolerancia. En el caso de los niños, tenemos que fomentar una formación en los valores de ciudadanía, de solidaridad, de amar y respetar al país. El Perú es un país espléndido, de una riqueza material y cultural impresionante. Necesitamos ponernos de acuerdo hacia dónde vamos y trabajar por el bienestar del país.

La educación escolar trabaja el curso de Historia del Perú en forma modular.

–Habría que reformular la manera un poco fragmentada de ver la Historia del Perú. Yo soy de la generación que se formó en el colegio en la época del Sesquicentenario de la Independencia (1971-1974). Leíamos fragmentos de la Carta a los españoles americanos de Viscardo y Guzmán o los de la revolución de Túpac Amaru II; documentos que se editaron en la época de Velasco. Mi recomendación es volver a un esquema cronológico-lineal, para que los estudiantes vayan conociendo, poco a poco, de estos procesos. Hay que acercar al estudiante a la imaginación histórica para que sienta que esa historia le pertenece. Creo que la metodología ha fallado en el caso de la enseñanza de la historia. Los maestros están ávidos de fuentes y de información, pero están atados a estos módulos, a este currículo que deben cumplir. Debería haber más libertad. Y la Educación Cívica debería regresar. Los escolares podrían aprender las constituciones del Perú, los valores básicos, la convivencia en democracia, una serie de elementos y conceptos que se han ido perdiendo y por eso es tan difícil la convivencia social. La Educación Cívica es, básicamente, las habilidades para relacionarse en sociedad. La Cátedra Bicentenario, justamente, está dirigida a los maestros.

Publicaciones en camino

Este año se lanza la Biblioteca Digital del Bicentenario. Incluirá las publicaciones y documentos de la Colección Sesquicentenario y los mil documentos del Fondo Histórico. Además, el libro sobre la Expedición Libertadora se editará a fin de año, probablemente, en impreso y digital. “Dará a Ayacucho, Chachapoyas, Cusco, Pasco y Trujillo su lugar en la guerra y la repercusión sobre qué hacer con la libertad y la autonomía”, refiere Mc Evoy. En el 2021, se lanzarán los 13 tomos inéditos de la Historia del Perú, de Juan Basilio Cortegana, y las memorias del general Manuel de Mendiburu. Se digitalizarán diversos documentos de la historia republicana.

Sobre la cátedra

*El miércoles 22, a las 11:00 horas, se transmitirá por Zoom la primera mesa de la Cátedra Bicentenario.

*Cinco historiadores jóvenes participarán de la mesa “La Independencia del Perú 200 años después: nuevos enfoques y tareas pendientes”.

*Las mesas históricas abordarán temas como la Independencia, la Expedición Libertadora; pandemia y corrupción, entre otros.

*Profesores, estudiantes y público en general pueden participar gratuitamente en las 8 mesas de debate y las 20 clases magistrales inscribiéndose en https://bicentenariodelperu.pe/.

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