Centro y sur de México soporta terremoto de 7,2 de magnitud y deja cuantiosos daños materiales pero no víctimas que lamentar

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En Ciudad de México, el sismo provocó entre sus habitantes crisis de nervios, ante el vivo recuerdo del terremoto de septiembre pasado que dejó más de 400 muertos

Un potente sismo de 7,2 grados de magnitud que sacudió este viernes varios puntos del centro y sur de México revivió temores y provocó angustia entre sus habitantes, cinco meses después de que otro terremoto dejara casi 400 muertos y graves daños la mayoría en la capital.
En esta ocasión, solo se produjeron daños estructurales en Oaxaca, duramente devastada en otro sismo del 7 de septiembre, donde ya fueron habilitados albergues para eventuales damnificados, informó el gobierno regional.
En una misión de reconocimiento de daños a la zona cercana al epicentro del sismo, el ministro de la Gobernación y el gobernador de Oaxaca sobrevivieron a un accidente del helicóptero que los trasladó a esa región y que dejó dos muertos y “varios heridos” entre las personas que lo esperaban en tierra.
El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) y el Servicio Sismológico Nacional situaron la magnitud del movimiento telúrico en 7,2.
El USGS ubicó el epicentro a 37 km de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, a una profundidad de 24,6 km, mientras que el instituto mexicano lo situó a 11 km de la misma comunidad y a una profundidad de 12 km.
Ante la magnitud del movimiento, se instaló el Comité Nacional de Emergencias para hacer una revisión minuciosa de eventuales daños, tuiteó por su parte el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
“Hasta el momento, el Comité Nacional de Emergencias no tiene reporte de personas fallecidas por el sismo”, tuiteó el mandatario, que también lamentó el accidente del helicóptero.
En Ciudad de México, en tanto, el sismo provocó entre sus habitantes crisis de nervios, ante el vivo recuerdo del terremoto de septiembre pasado.
Cientos de personas abandonaron edificios y los hospitales evacuaron a los enfermos hacia explanadas o en medio de las avenidas de la zona céntrica de la capital para guarecerse, según testigos de AFP.
“Salimos corriendo, es lo único que podemos hacer”, dijo con los ojos llenos de lágrimas Kevin Valladolid, de 38 años, quien reside en el barrio Roma, uno de los más afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre, tanto por número de derrumbes registrados como por los daños estructurales en edificios.
“La verdad es que estamos ya bastante alterados. Con cualquier sonido de alarma lloramos, estamos muy estresados, vivimos un flash back”, dijo Kevin en referencia al sismo del 19 de septiembre pasado, de magnitud 7,1, que provocó derrumbes en la Roma y el colindante barrio Condesa, varios de los cuales aún no han sido removidos.

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