César Cueto cumple hoy 68 años y el pueblo peruano aún recuerda esa magia que brotaban de su pierna izquierda, que lo llevó a ser bautizado como “El Poeta de la Zurda” porque su juego fue poesía gracias a la habilidad, gran visión de juego plasmado en la selección peruana, Alianza Lima y clubes colombianos, donde es ídolo. Vea aquí la galería fotográfica
Cueto nació en el distro del Rímac el 16 de junio de 1952. Se formó en las divisiones menores de Alianza Lima y con tan sólo 16 años hizo su debut como puntero izquierdo con la camiseta blanquiazul ante Municipal en 1969.
En ese tiempo compartía camarín con los mejores delanteros de la época, Julio Baylón, Víctor “Pitín” Zegarra, Pedro Pablo “Perico” León, Teófilo Cubillas y Luis “Babalú” Martínez
En 1971, Alianza Lima obtiene el subcampeonato y Cueto, con sólo 19 años, se destacó nítidamente como la principal pieza de recambio del equipo.
Un año después, y ante la falta de espacio en el equipo titular “íntimo”, Cueto emigró al José Gálvez de Chimbote, donde se desarrolló como mediocampista teniendo sobresalientes actuaciones junto a Luis la Fuente y Ottorino Sartor.
A la siguiente temporada, firmó por el Deportivo Municipal, equipo en que duró un cortísimo tiempo para luego pegar la vuelta al equipo de sus amores: Alianza Lima.
Despegue total
César Cueto concretó su vuelta al conjunto aliancista en 1974, pero en 1975 marcó su despegue definitivo porque además de convertirse en el conductor, ganó el campeonato y fue llamado a la selección peruana dirigido por Marcos Calderón.
En 1977, Cueto confirmó a lado de Hugo Sotil, Teófilo Cubillas y José Velásquez, uno de los mejores equipos de la historia aliancista y volvió a sumar otro título en la Liga peruana.
En 1978 Alianza Lima mostrando la misma calidad obtuvo el bicampeonato, aunque con un poco más de dificultad. Con el paso del tiempo es reconocido como uno de los grandes ídolos del club, ocupando un lugar privilegiado al lado de otros grandes como Cubillas o Alejandro Villanueva.
Pinceles en la selección
Hizo su debut en la selección peruana en 1972. Fue parte del equipo que ganó la Copa América en 1975. En la primera fase de ese torneo anotó un tanto en el triunfo (3-1) ante Bolivia. Una fuerte lesión le impidió seguir jugando la competición.
A pesar de no jugar la eliminatoria para el Mundial Argentina 1978, Cueto sí fue considerado para disputar ese certamen máximo y lo hizo de gran forma. Fue artífice en el triunfo (3-1) de Perú frente al favorito Escocia. Hasta hoy se recuerda esa magistral pared que hizo con Cubillas, previo a su gol que marcó el empate transitorio.
También participó del juego ante Holanda (empate a cero) e Irán (triunfo de 4-1). En estos tres partidos Cueto estuvo brillante en el centro del campo junto a Teófilo Cubillas y José Velásquez. La crítica deportiva internacional calificó el mediocampo de Perú como el mejor de la primera fase del mundial.
La importancia del “Maestro” se hizo más notoria en las eliminatorias de España 1982. Demostró una imaginación para crear, cuantas veces quiso, las mejores jugadas de peligro de la Blanquirroja.
Bajo la dirección técnico de Tim, clasificó al Mundial. Antes del inicio de esa Copa del Mundo estuvo en la gira por los tres continentes, donde dio cátedra.
Todos recuerdan que fue la manija de la escuadra que ganó 1-0 a la Francia de Michel Platini en el mismo Parque de los Príncipes. La prensa mundial se rendía ante el juego de esa selección y de su cerebral jugador, quien tuvo como socio a Julio César Uribe.
Ídolo fuera de casa
Cueto es idolatrado por los aficionados del club Atlético Nacional de Medellín y el América de Cali, quienes lo consideran uno de los mejores jugadores de su historia.
En 1979 se incorporó al Atlético Nacional de Medellín y brilló con la camiseta verdolaga. Se consagró campeón en 1981, fue capitán, máximo anotador del certamen cafetero (17 goles) y marcó una época en el fútbol colombiano, como lo señala Carlos ‘El Pibe’ Valderrama.
En 1984 pasó a las filas del América de Cali y obtuvo el título de ese año, poniendo en evidencia toda su categoría y dejando en la retina de todos los fanáticos colombianos todo su talento, habilidad y ‘habilitaciones mortales’.
Deportivo Pereira en 1986 y el Cúcuta Deportivo en 1987, también tuvieron el privilegio de tenerlo y gozar de su calidad para jugar al fútbol, pero sin tanta gloria como la obtenida en la ‘Máquina Verde’ y en los ‘Diablos Rojos’.
El Poeta de la Zurda, quien ya había anunciado su retiro de las canchas, se volvió a vestir de corto en 1987 tras la tragedia aérea del Fokker y defendió al ‘Equipo del Pueblo’ hasta agosto de 1988 en que reforzó al Sporting Cristal.