El cielo nocturno recibirá una ‘nueva estrella’ en este 2024 y te contamos cómo verla

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La nova T CrB, ubicada a más de 3000 años luz de la Tierra, será visible luego de 80 años en el hemisferio boreal.

En sistemas binarios que poseen una enana blanca, la acreción de material de la estrella vecina puede dar lugar a episodios de emisión violenta de energía.

En sistemas binarios que poseen una enana blanca, la acreción de material de la estrella vecina puede dar lugar a episodios de emisión violenta de energía.

    

¡Atención, aficionados de la astronomía! Durante las próximas semanas o meses, un nuevo objeto, tan brillante como la Estrella Polar, iluminará el cielo nocturno del hemisferio norte, en la constelación de la Corona Boreal. Se trata de T Coronae Borealis o T CrB, una nova recurrente que explotó por última vez en 1946 y los astrónomos prevén que el fenómeno se repetirá entre marzo y septiembre de este año, ofreciendo un espectáculo cósmico que podrá contemplarse a simple vista.

Del latín nova (nueva), se denominó así a las estrellas nuevas que aparecían en el cielo, aunque estas estrellas ya existían y lo que se observaba, en realidad, era un incremento transitorio y muy brusco en el brillo aparente, define la  Sociedad Española de Astronomía.

Descubierta el 12 de mayo de 1886 por el astrónomo irlandés John Birmingham, T CrB es una enana blanca que forma un sistema binario con una gigante roja que es aproximadamente 74 veces más grande que el Sol. Debido a la interacción gravitatoria entre ambos astros, cada 80 años se produce un estallido termonuclear de T CrB que eleva su magnitud aparente hasta volverla tan brillante como la Estrella Polar. 

Según la NASA, cuando la nova alcance su pico de brillo será observable a simple vista por varios días y solo durante una semana con binoculares, antes de que se atenué de nuevo y desaparezca, posiblemente por otros 80 años.

Una nova sería apocalíptica para cualquier mundo cercano, pero desde nuestro planeta, a 3000 años luz de distancia, este fenómeno resulta “un divertido y emocionante cataclismo inminente”, dice Bradley Schaefer, astrofísico de la Universidad Estatal de Luisiana, al New York Times.

¿Qué son las novas?

Son resultado del emparejamiento explosivo de una estrella normal (como el Sol o una gigante roja) y una enana blanca, el remanente de una estrella vieja que agotó las reservas de hidrógeno que utilizaba como combustible nuclear. En sistemas binarios que poseen una enana blanca, la acreción de material de la estrella vecina puede dar lugar a episodios de emisión violenta de energía.

En estos casos, las estrellas “regulares” transfieren una cantidad rica de hidrógeno y helio a las enanas blancas, que son increíblemente densas, pues concentran una masa similar a la del Sol en un volumen relativamente pequeño (como el de la Tierra). 

El material volátil, compuesto por hidrógeno y helio, se acumula progresivamente en la superficie de la estrella y aplasta sus capas inferiores, elevando la presión y la temperatura hasta iniciar, de forma brusca y descontrolada, la fusión nuclear del hidrógeno. 

Una vez que alcanza su máxima masa posible, conocida como límite de Chandrasekhar, la fusión de hidrógeno provoca una estallido nuclear que incrementa temporalmente cientos o miles de veces el brillo total del sistema. 

Pero a diferencia de las supernovas, que destruyen a los astros y su entorno cercano en una explosión violenta, las estrellas que originan las novas sobreviven a la explosión causada por el colapso gravitatorio y, cuando las brasas nucleares se apagan, el ciclo comienza de nuevo, con la enana blanca una vez más abriéndose camino hacia otra explosión.

Según el sitio web Space, se denomina nova a aquella enana blanca de un sistema binario de estrellas que, al extraer materia de su compañera, produce una explosión de fusión nuclear que no desencadena la destrucción de la estrella, y que, por lo tanto, puede dar lugar a otras explosiones de forma periódica.

Los hallazgos científicos apuntan que un destino similar tendrá nuestro Sol cuando, dentro de 5,000 millones de años, agote su combustible nuclear y desprenda sus capas superiores, dejando su núcleo expuesto. A medida que las estrellas como el Sol fusionan hidrógeno en la secuencia principal, se enfrían y aumentan de tamaño hasta convertirse en gigantes rojas. 

Los científicos estiman que cuando esto le suceda a nuestra estrella, su atmósfera abultada engullirá a Mercurio y Venus e, incluso, a la Tierra.

Cómo sabemos cuándo explotará la nova T Coronae Borealis ?

Esta nova recurrente es solo una de las cinco que hay en nuestra galaxia. Esto sucede porque T CrB es un sistema binario con una enana blanca y una gigante roja. En esos casos, las estrellas están lo suficientemente cerca como para que, a medida que la gigante roja desprende sus capas externas debido al aumento inestable de temperatura y presión, la enana blanca acumule esa materia en su superficie, explica la NASA. 

La mayoría de las novas tienen ciclos explosivos que duran milenios. Pero el caso de T CrB es singular: es un voraz consumidor del combustible que desprende su compañera gigante roja. En efecto, observaciones pasadas revelan que esta enana blanca entra en combustión cada 80 años, lo que la convierte una nova recurrente que explota al menos una vez por siglo.

Además, observaciones antiguas de T CrB también han demostrado que la nova arde y convulsiona de una manera particularmente errática en los años previos a una erupción, y las cosas no parecen ser distintas esta vez: su actividad durante la última década sugiere que está preparándose para una explosión inminente, que tendrá lugar en cualquier momento entre ahora y septiembre.

¿Dónde se podrá observar la nova?

El fenómeno aparecerá en la constelación de Corona Boreal, que limita con Hércules y Bootes. Cuando “explote su pila, será tan brillante como la Estrella Polar y será visible durante unos días”, dijo Bill Cooke, líder de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA en Huntsville, Alabama.

El evento cósmico solo se repetirá dentro de 80 años. “Es un hecho que ocurre una vez en la vida”, dice el Dr. Cooke. “¿Con qué frecuencia la gente puede decir que ha visto explotar una estrella?”. 

Es decir, entre marzo y septiembre, será importante que mires al cielo nocturno, idealmente con la menor cantidad de contaminación lumínica (alejado de la ciudad). También puedes ayudarte de binoculares. 

Lo cierto es que la constelación de la Corona Boreal es visible en el hemisferio norte, y julio es el mejor mes para apreciarla. También puedes usar aplicaciones móviles o herramientas como Google Sky Map para encontrar su ubicación.

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