El poder de la lectura: joven maestro promueve comprensión lectora mediante la tecnología

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El becado Javier Taype implementó el proyecto Club de Lectores en el distrito Cocachacra, región Arequipa

Javier Taype Tito, docente de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús, implementó el proyecto Club de Lectores. Foto: ANDINA/Difusión

La familia Huisa Calcina está convencida del poder que tiene la lectura. Con mucho esfuerzo, Norma Calcina pudo comprarle a su hijo Fasthaa un celular para que siga sus clases virtuales de cuarto grado de primaria en el centro poblado Chucarapi, al sur de la región Arequipa. “¡Cuídalo!”, le pidió. Y la respuesta del niño la dejó sorprendida.
Fasthaa le explicó que debido a la pandemia del covid-19 él había dejado de gastar un sol diario en pasajes para ir a la escuela más otros gastos y que al final de cuentas el celular se había comprado con lo que ahorró y que iba a cuidarlo muy bien.
La familia Huisa Calcina está convencida del poder que tiene la lectura.
Es bueno en matemáticas, pero su forma de expresarse me dejó helada”, contó Norma, quien asegura que este logro es gracias al Club de Lectores, un proyecto implementado por Javier Taype Tito, docente de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús, en el distrito Cocachacra, provincia arequipeña de Islay.
El joven talento estudió docencia, becado por el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec), del Ministerio de Educación. Javier identificó que los niños del cuarto de primaria tenían problemas de comprensión de lectura y producción de textos.

Club de Lectores“Fasthaa se comía las comas, los puntos; su ortografía era malísima”, explicó Norma. El niño dijo que leer ya no es lo mismo: “Antes cuando íbamos a la escuela era mejor, todos participaban y era más divertido. Ahora leemos separados”. 
El Club de Lectores ha cambiado esta historia: ha juntado a los niños en la lectura. Se implementó una biblioteca remota, donde 17 estudiantes se reúnen una vez a la semana para comentar textos infantiles del plan lector a través de videos, dibujos, recursos digitales visuales y plataformas de redes sociales. 
“Estamos utilizando recursos que los mismos niños usan de forma cotidiana para que la lectura no sea una tarea que deban cumplir, sino algo más grande y que puedan disfrutar”, explicó Javier, de 22 años. Para él es su primera experiencia como docente egresado de la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP), donde pudo estudiar becado por el Estado peruano.

Un docente de corazón

La vocación por ser profesor de colegio le nació cuando estaba en quinto de secundaria y acompañó a su hermana, docente, que estaba trabajando en Enseña Perú. “Ahí pude darme cuenta de que en las escuelas públicas existen niños que van muy motivados a estudiar y salir adelante; yo también me vi reflejado en sus historias porque también vengo de un colegio nacional”, narró Javier.
En el 2021, ya como docente, Javier postuló a Enseña Perú y fue admitido. Es así que al llegar a Chucarapi conoció a Fasthaa y a sus compañeros de primaria. Al identificar el problema de la comprensión de lectura se reunió con los padres de familia, les entregó el material educativo, conseguido con donaciones y echaron a andar el proyecto. 
“Ya tenemos resultados. Se incrementó el nivel de logro de las competencias de lectura y comprensión de textos y de comunicación oral”, explicó el joven docente arequipeño. Lo que además se verifica en el propio testimonio de la familia Huisa Calcina, en la que la abuelita también ha empezado a aprender a leer.  
“Por la pandemia algunos niños están metidos en la tecnología, en la internet y ahí no estudian, se la pasan jugando, pero ahora yo veo que Fasthaa sí lee ahí, leen juntos, y yo veo que cumple con todo lo que se le dice. Pido a Dios que mi hijito sea otro”, sostuvo Norma. Es así que ella demuestra el gran acierto del Club de Lectores: que los niños disfruten leer mediante la tecnología.  
Javier hace las evaluaciones de lectura virtualmente. Los niños, una vez que han aprendido durante la semana de forma autónoma y han trabajado en grupo por videollamadas, presentan la evidencia de haber leído libros como jugando.
“Fue un reto ser docente, no fue alentador cuando tomé la decisión de serlo, pero hoy me siento pleno y convencido de esta maravillosa vocación con la que puedo inspirar a otras personas y ayudarlas a ser la mejor versión de sí mismos”, 

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