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El terremoto producido el viernes en el Partido Nacionalista Peruano con el retiro de las elecciones generales 2016 de su candidato presidencial Daniel Urresti, y de sus postulantes al Congreso de la República y Parlamento Andino, ha sido de tal magnitud que su efecto devastador aparentemente será irreversible a futuro.
Pero ese fuerte sismo tuvo otras réplicas, quizá de la misma magnitud y efectos devastadores, que han remecido a la pareja presidencial. La primera, sacudió a la primera dama Nadine Heredia. El titular de la Segunda Fiscalía de Lavado de Activos, Germán Juárez Atoche, amplió por 40 días la investigación preliminar que le sigue por lavado de activos.
Y ello complica más a la primera dama, pues el fiscal ha programado una serie de diligencias en el extranjero para recoger nuevos testimonios y uno de ellos es Brasil. Los contenidos en sus agendas, sin duda, no la dejan dormir, pues además de los envíos de dinero provenientes de Venezuela, en los últimos días se han aumentado los que provendrían de la corrupción del caso Lava Jato.
Nadine está en manos del fiscal Juárez, que en abril decidirá si inicia investigación preparatoria y dicta medidas restrictivas contra ella, que pueden incluir el impedimento de salida del país.
La segunda réplica sacudió al jefe de Estado, Ollanta Humala. El fiscal Juárez Atoche dispuso que se le tome su manifestación, como parte de las investigaciones que se realizan por los aportes económicos al Partido Nacionalista Peruano (PNP) en las campañas presidenciales del 2006 y 2011.
El mandatario no la tiene fácil. Su mención en el caso Lava Jato sin duda lo afecta, y será difícil desprenderse del informe de la Policía Federal de Brasil, en el que se señala la existencia de un correo electrónico interceptado al exejecutivo de Odebrecht, Fernando Migliaccio da Silva, en el que figuran sus iniciales O.H., junto a un monto equivalente a tres millones de dólares, por lo que las autoridades presumen que este recibió una coima por tal suma.
La guerra interna desatada en el Partido Nacionalista, tras el retiro de las elecciones; sin duda, será difícil de controlar, más aún si la pareja presidencial estará más preocupada por resolver su muy difícil situación legal. Bajo ese escenario los asuntos partidarios quedarán en segundo plano.
Así las cosas. ¿Estamos ante el inicio del fin del partido fundado por el presidente Ollanta Humala Tasso y su esposa Nadine Heredia Alarcón?
Creemos que el fin empezó hace ya un buen tiempo, cuando más de 20 congresistas y destacados voceros como Marisol Espinoza, a la par vicepresidenta de la República, renunciaron a las filas del nacionalismo.
La crisis se acentúa. Es probable que después del terremoto del viernes se produzcan nuevas deserciones de militantes. El congresista Daniel Abugattás, tras su explosiva reacción contra la cúpula comandada por la pareja presidencial, puede provocar más problemas al partido y se corre el riesgo de ser expulsado.
El futuro del partido es, por tanto, tan sombrío que nadie podría vaticinar qué pasará en el futuro. Pero sin representación parlamentaria en los próximos cinco años y con la pareja presidencial ocupada en resolver su situación legal por el tema de las agendas, las investigaciones de lavado de activos y ahora con el caso Lava Jato, por la supuesta coima de tres millones de dólares al presidente Ollanta Humala de parte de Odebtrecht, difícilmente la estructura partidaria podrá mantenerse en pie. Hasta mañana amigos de La Primera.
