ES HORA DE TRABAJAR POR EL PERÚ

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La soberbia y el egoísmo de la clase política de oposición en el Perú no quiere admitir que el país tiene otras opciones de desarrollo, y ha querido quebrantar en dos oportunidades la voluntad electoral del pueblo.
Es innegable que en estos momentos existe una crisis económica en el Perú y a nivel mundial, ocasionada por la pandemia del covid-19, la cual se ha visto agravada por el conflicto armado que deviene de la invasión rusa a Ucrania.
A la crisis política, ocasionada principalmente por el Congreso, se le suma los efectos de una complicada situación económica que emerge de factores externos, pero que afectan al país y sobre todo a los sectores más deprimidos, golpea a los que nada tienen y aun así no pierden la fe en que existe una salida a sus problemas y está representada en el gobierno del presidente Pedro Castillo.
Dicho esto, el Perú requiere que todos sus actores y representantes trabajen unidos sin más crisis políticas, que lo único que hacen es polarizar al país y complicar mucho más la situación actual.
La oposición política insiste en querer polarizar a la población, insiste en caminos que no nos llevan a solucionar los problemas prioritarios del Perú. Esta situación no hace más que agravar esas necesidades. Es momento de pensar verdaderamente y actuar en el beneficio del Perú.
En estos ocho meses que tiene el actual Gobierno, ha habido discusiones políticas en desmedro de la población que está a la expectativa de mejorar su situación económica y que se mantiene en pausa, justamente por el ruido político, que distrae al Ejecutivo de poder actuar con celeridad y certeza.
Es consecuencia lo visto la semana pasada en el Congreso expresa que, básicamente, no somos capaces de ponernos de acuerdo, de desconectar nuestro lado ideológico, nuestro lado partidario, nuestra personal visión de lo que se tiene que hacer por el bien común, es decir, lograr un verdadero acuerdo nacional.
La oposición está tan empecinada en defender sus intereses económicos y personales que ha perdido el sentido de la realidad y la noción que nos encontramos en un contexto financiero-económico mundial favorable para el país, al cual le podemos sacar mucho provecho en beneficio de los más vulnerables.
Estamos alcanzando muy buenos términos de intercambio, podemos seguir creciendo en exportaciones, seguir generando más recursos para el presupuesto y así se podrá invertir más en desarrollo y bienestar para la población. Ese debe ser nuestro objetivo y debemos trabajar todos juntos para conseguirlo. Para ello necesitamos comprometernos con el Perú no con intereses ajenos, comprometernos en servir a los que nada tienen.

Sin embargo, esto no será posible mientras haya crisis política, convulsión social, conflictos que paralizan a los motores de la economía, amenazas y populismo legislativo que lo único que hacen es vulnerar la capacidad de resiliencia del país.
El Ejecutivo informó, en base a indicadores de entidades oficiales, que las proyecciones de crecimiento económico para este año bordean el 3%, pero si se hacen las cosas bien y en conjunto, es posible crecer 5%.
Es hora de dejar trabajar al presidente, al gobierno y dejar ejecutar, tenemos que actuar, ya se ha dicho lo que se tenía que decir y es el momento de poner en acción todo ello. Tenemos una cantidad importante de peruanos, especialmente en las regiones, que han sido los más afectados por la pandemia. Tenemos un ingreso promedio que aún no se recupera del todo. Tenemos que modular los niveles de crítica y promover la autocrítica para logar un equilibrio y una estabilidad de convivencia política y entrar en razón, para que se corrijan los errores a tiempo.
Es hora de trabajar y poner al Perú y a los peruanos en el lugar que se merecen. Seguiremos atentos y empujando al país siempre hacia adelante. Hasta la próxima semana mis amigos de Primera.

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