El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, dijo hoy en Seúl que la diplomacia de la “paciencia estratégica” ejercida por el Gobierno Obama con Corea del Norte “se ha terminado” y que la mejor opción para Pyongyang es abandonar su programa nuclear.
El jefe de la diplomacia estadounidense habló en rueda de prensa con su homólogo surcoreano, Yun Byung-se, y al igual que hizo en la víspera en Japón subrayó que Washington planea cambiar de rumbo su política hacia el régimen de KÒm Jong-un, aunque tampoco hoy ofreció más detalles al respecto.
Tillerson se limitó a decir que “todas las opciones están sobre la mesa” y estimó que lo mejor para la futura seguridad y estabilidad económica de Corea del Norte “es abandonar su programa nuclear y de misiles y el desarrollo de cualquier arma de destrucción masiva”.
Durante su intervención, el secretario de Estado tachó de “inapropiadas y problemáticas” las medidas de boicot económico de China hacia Corea del Sur por el despliegue en su territorio del escudo estadounidense THAAD -destinado a interceptar misiles norcoreanos pero criticado por Pekín por considerar que compromete su seguridad- .
En ese sentido volvió a insistir en que el Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), cuya instalación en el centro del país asiático comenzó la semana pasada, es una herramienta “defensiva”.
Además de las tiranteces entre Pekín y Seúl a cuenta del escudo, la visita de Tillerson se produce en un momento de especial tensión en la península coreana.
Seúl y Washington realizan en estos momentos en territorio surcoreano sus mayores maniobras militares conjuntas hasta la fecha después de que Pyongyang, que ya respondió a estos ejercicios lanzando cuatro misiles balísticos el pasado 6 de febrero, efectuara un número récord de pruebas armamentísticas en 2016.
A esto se une el asesinato en febrero del hermano mayor del líder norcoreano en Malasia, del que Seúl ha acusado abiertamente a Pyongyang, que niega toda implicación.
Tillerson cierra mañana su gira asiática en Pekín, donde tratará de convencer a las autoridades chinas de la naturaleza puramente defensiva del THAAD y les pedirá que hagan uso de su influencia sobre Pyongyang para intentar que el régimen Juché (autosuficiencia) vuelva a sentarse a negociar su posible desnuclearización.