Lambayeque: destrucción de patrimonio monumental del santuario de Pómac empezó en siglo XX

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Por obras de infraestructura hidráulica que han provocado la destrucción del patrimonio arqueológico

El patrimonio arqueológico del santuario histórico Bosque de Pómac se encuentra en peligro.

El patrimonio arqueológico del santuario histórico Bosque de Pómac se encuentra en peligro.

    

La destrucción del patrimonio monumental del bosque de Pómac, en la región Lambayeque, se inició a partir del siglo XX, cuando se realizaron obras de infraestructura hidráulica y se confundió un paisaje cultural como si fuera un bosque natural, afirmó el director del Museo Nacional Sicán, Carlos Elera Arévalo.

Puntualizó que en este espacio natural y cultural de la región Lambayeque se han construido obras de infraestructura hidráulica incompatibles como la compuerta Sutton, que se ejecutó en la década de 1925 al 30, y eso ha ocasionado que el río La Leche se colmate, “y provoque más la destrucción del patrimonio arqueológico en el núcleo monumental de Sicán”, aseguró el reconocido arqueólogo.

Precisó que a la fecha se han perdido unas cinco hectáreas de patrimonio monumental y necrópolis, “y como van las cosas podría desaparecer Pómac “, advirtió.

Recordó que en 1983, cuando llegó a la huaca La Merced (ubicada dentro del santuario de Pómac) a realizar un trabajo de rescate pos Fenómeno de El Niño y en la que Pómac era un potrero, y allí decidimos que fuera la reserva arqueológica y ecológica de Batán Grande, tras elevar un documento técnico a los entes competentes. “Fue a raíz de El Niño del 83 que nos dimos cuenta de la importancia de ese sitio y cómo había sido arrasado. En 1983, las lluvias del Fenómeno de El Niño se llevaron a la huaca Loayza, que era un complejo de cuatro pirámides con una plaza inmensa. Ahora no existe nada”, anotó.

El investigador refirió que las lluvias del ciclón Yaku registradas a inicios del año pasado afectaron más de medio kilómetro de la huaca La Merced.

 “El peligro sigue latente en este sitio monumental. El río La Leche está prácticamente lavando las bases de la huaca Las Ventanas con su necrópolis y sobre todo la huaca El Loro. Si viene una arremetida fuerte del río (…), esto desaparece”, subrayó en diálogo con la Agencia Andina.

Río La Leche se activa cuando hay Fenómeno de El Niño

Elera Arévalo resaltó que el río viejo (La Leche) tiene su curso natural y se activa cuando aparece El Niño y durante épocas antiguas llegaba al mar; sin embargo, con el curso nuevo de La Leche destruyó Íllimo, tras las lluvias del ciclón Yaku.

“No se ha respetado su curso natural y se ha anchado La Leche por llevar más agua a los pobladores de la parte baja. En el caso del río nuevo trae mucha más agua, se ha colmatado porque no se descolmata esa zona y se producen terribles episodios de inundaciones ya que la gradiente, a raíz de otra obra que se hizo en la década de los 80 de construir una compuerta en la huaca La Cruz, ha impedido que los sedimentos que tienen una gradiente en plano inclinado sigan su curso y se ha ido colmatando, y viene el agua y se va por todos lados. Eso es lo que ha sucedido”, explicó.

Elera recordó que los pobladores de la época Sicán o Lambayeque eran muy observadores del medio ambiente y sabían que cuando las aguas del mar empezaban a calentar significaba la ocurrencia de episodios extremos de lluvias torrenciales.

El especialista mencionó que como investigador del canal Taymi, al tener una aproximación de tipo etnoarqueológico con personajes de avanzada edad de la zona, pudo conocer que conservaban el principio de que cuando había muchas lluvias torrenciales lo primero que tenían que hacer era cerrar todas las bocatomas del Taymi.

“Ellos sabían que cuando había demasía de agua tenían que cerrar todas las bocatomas, porque el Taymi aparte de irrigar era la vía de un valle pródigo en recursos y servía como una válvula de escape para el agua extra. Esa agua se canalizaba y terminaba en las pampas de Mórrope, ahora eso se ha perdido”, anotó.

Recordó que igualmente los antiguos pobladores indicaban que debían mantener el canal limpio, sin bordos destruidos a fin de que el agua pase sin ningún inconveniente. “Eso lo realizamos de manera experimental con autoridades locales en el 2015-2016 y las lluvias de ese El Niño evitaron que se inundasen Ferreñafe y Picsi, como ocurrió en 1998”, recordó.

El investigador mencionó que actualmente en un diálogo multisectorial en el que participan el sector Cultura, Ministerio del Ambiente, Ministerio de Vivienda, Autoridad Nacional del Agua, entre otras instancias, buscan ser escuchados y que, acorde con las competencias técnicas, se discuta y encuentre la mejor salida a esta problemática.

“En el  cauce del río habían pirámides e inclusive tumbas profundas, y ahora en el lecho de un río hay contenido cultural al cual hay que tratar con mucho cuidado, porque el bordo del río que ellos dicen que es natural son huacas, son necrópolis de los monumentos mismos”, aseguró.

Elera refirió, asimismo, que en las últimas dos décadas ha sido testigo de cómo se hace la descolmatación del río La Leche, del que sacan arena de los lados y se hacen los bordos de pura arena en suelos arqueológicos, y cuando llega el agua se lo lleva todo. “El agua arrasa con esos bordos y así millones de soles se van al agua; en lugar de hacer una buena defensa ribereña, con la que el Estado se hubiera ahorrado mucho”, aseveró.

Por último advirtió que la zona más vulnerable en Pómac es el núcleo monumental de Sicán, que sigue en riesgo de perderse.

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