‘¡NO VOY A MORIR AQUÍ!’ 

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Toledo baraja posibilidad de convertirse en colaborador eficaz 

Traslado a Hospital II de Vitarte fue última clarinada de atención para ex mandatario ‘chakano’.

‘¡No voy a morir aquí!’, es la frase que repetía entre dientes Alejandro Celestino Toledo Manrique (77) en la tarde del martes 6 de junio, una vez que fue regresado a la celda unipersonal que ocupa en la Diroes luego de haber acudido al Hospital II de Vitarte, en Ate, a consecuencia de una crisis hipertensiva. 

A la 1:30 de la tarde de ese mismo martes, el ex mandatario había sido estabilizado y retornado a las instalaciones del penal de alta seguridad que comparte con Alberto Kenya Fujimori Inamoto (84) y José Pedro Castillo Terrones (53), un lugar en el que- según varias fuentes- ha sufrido ataques de pánico y claustrofobia. 

Toledo Manrique fue trasladado al nosocomio en una caravana de tres vehículos que escoltaron a la ambulancia con un piquete del Inpe y media docena de agentes del Grupo Especial Operativo de Seguridad (GOES) que tiene un destacamento fijo muy cerca de las tres celdas presidenciales.

Imágenes televisivas mostraron al personal del Inpe retirando del centro médico al ex jefe de Estado en una silla de ruedas como la que utilizó cuando llegó al aeropuerto Jorge Chávez, el 23 de abril último, procedente de los Estados Unidos. 

‘El expresidente Alejandro Toledo fue dado de alta, luego de recibir atención de emergencia en el Hospital II de Vitarte por una crisis hipertensiva, que se presentó durante cita médica programada’, informó Essalud el mismo martes 6 de junio.

Fuentes de la Fiscalía afirman que el ex mandatario ‘chakano’ está tratando de presionar su arresto domiciliario como condición sine qua non para que cuente todo lo que sabe sobre el caso Odebrecht, antes de que se inicie el juicio oral en su contra bajo el cargo de haber recibido sobornos por US$ 35 millones.

El 6 de junio, cuando fue trasladado de urgencia al Hospital II de Vitarte, el ex gobernante vestía la misma casaca color esmeralda con la que se entregó el 21 de abril al servicio Marshall de EE.UU. y al día siguiente fue embarcado con viento de cola hacia el Perú, bajo el resguardo de la Interpol.

Unos días antes de que esto ocurriera, el sábado 3 de junio, el vicepresidente del Inpe, Marlon Florentin, había informado públicamente que Alejandro Toledo solicitó asistencia médica tras las rejas. ‘Estamos gestionando sus atenciones con cardiología, urología y gastroenterología’, dijo.

En los prolegómenos de su extradición de los Estados Unidos, el abogado del ex mandatario, Roberto Su, informó que su defendido padecía de cáncer y otras enfermedades que ponen en riesgo su vida en el penal.

Celestino Toledo está siendo procesado por el caso Interoceánica Sur, en el que se le acusa de haber recibido pagos ilícitos de la constructora Odebrecht a cambio de otorgarle licitaciones amañadas durante su gestión (2001-2006).

El ex presidente es investigado también por el caso Ecoteva, en el que además está involucrada su esposa, Eliane Chantal Karp Fernenbug (69), quien el 10 de mayo último huyó de los Estados Unidos y se afincó en Tel Aviv (Israel), un país que no tiene tratado de extradición con el Perú y que se caracteriza por no entregar a sus connacionales.

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