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Especialista recomienda a padres de familia a entrenar a hijos e hijas para enfrentar situaciones difíciles.
Diariamente enfrentamos, sin importar la edad que tengamos, diversos tipos de situaciones adversas: nos jalaron en un curso del colegio, perdimos el trabajo, discutimos con nuestros hijos o nuestra pareja, falleció un ser querido o nos informan que tenemos una enfermedad grave. Cada una de ellas puede generarnos crisis y alterar nuestra vida cotidiana.
¿Qué es una crisis? ¿Qué emociones produce? ¿Cómo manejarlas en esas circunstancias? La médica psiquiatra del Centro de Investigación en Salud Mental de la Universidad Cayetano Heredia, Vanessa Herrera, explica en primer lugar qué es una crisis.
Una crisis es una percepción personal, y también puede ser colectiva, sobre un hecho o experiencia negativa que produce emociones negativas, precisó la especialista en Andina Canal online.
“Es una situación difícil de tolerar y sostener en el día a día. Genera tristeza, ansiedad, miedo y rabia, y cuesta adaptarse a ella, porque altera la vida cotidiana de las personas”, comentó.
Sin embargo, las personas no viven de la misma manera una crisis, algunas cambian su estado de ánimo de manera notoria y otras pueden reprimir su rabia, tristeza y ansiedad. Una crisis, sea pequeña, mediana o grande, impacta en cada persona según cómo la perciba.
A nivel grupal y de comunidad ocurre lo mismo, pues pueden enfrentar crisis sociales o ambientales que afecten su quehacer diario.
A quiénes afecta más una crisis
En el caso de una familia, depende de sus creencias y costumbres. Herrera López señala que, por ejemplo, el nacimiento de un nuevo miembro puede generar una crisis, el envejecer, la presencia de un adulto mayor, de alguien con un problema de salud mental o discapacidad, trae problemas difíciles de sobrellevar.
“Si las personas tienen muchas vulnerabilidades y no tiene un soporte social, es muy difícil que se supere una crisis. Por eso es muy importante que las comunidades se reintegren socialmente, sientan solidaridad empatía mutua y redoblen sus esfuerzos para construirse como grupo, sociedad y país”.
¿Qué emociones aparecen con más frecuencia ante una crisis?
Según la especialista en psicoterapia y psiquiatría comunitaria existen cinco emociones válidas: la tristeza, ansiedad, rabia, miedo y alegría. Pero por los mandatos sociales, las mujeres expresan más ansiedad y tristeza, mientras que los hombres por contener sus emociones, manifiestan con más frecuencia, rabia.
Pero si además se reprimen las emociones, en algún momento se explotará, la persona se volverá agresiva pasiva y comenzará a somatizar o a tener reacciones impulsivas y conflictivas, permanentemente, indicó.
La especialista recomienda compartir con la persona que se quiere y se tiene confianza, lo que le está ocurriendo. Es una buena oportunidad para reconocer las emociones y hablar de ellas.
¿Qué hacer para manejar estas emociones en situaciones de crisis?
Herrera López refirió que existen herramientas que ayudan a las personas a manejar sus emociones en tiempos de crisis. Una de ellas, es la autoobservación.
“El autoconocimiento permite a las personas darse cuenta de qué manera las está afectando la crisis que atraviesan. Un diario de emociones es una buena manera de aprender a observarlas”.
Otra herramienta es hablar de ellas, porque solo así es posible darse cuenta qué “las está gatillando y qué situación las provoca”. Así podrá plantear soluciones para enfrentar la crisis, paso a paso. En este proceso es necesario que la persona de su confianza lo acompañe.
La tercera herramienta incorpora técnicas de autocuidado como la meditación, hacer ejercicios o lograr una buena higiene de sueño. Estas prácticas pueden ser un importante apoyo para que las personas puedan hacer frente a una crisis.
Asimismo, el desarrollar una vida comunitaria con amistades y vecinos puede evitar que se amplifique lo negativo, porque la tendencia de una persona que atraviesa una crisis es hacia el desánimo y la negatividad.
La cuarta herramienta es que los padres aprendan a entrenar a sus hijos e hijas para enfrentar las crisis. Tienen que conversar sobre las emociones, escucharlas, validar el llanto y la tristeza en los varones y tener prácticas de autocuidado también con ellos.
Finalmente recordó ir al centro de salud mental comunitaria, buscar al profesional de la salud mental o llamar a la línea 113. Opción 5.
