A LA DELINCUENCIA CON INTELIGENCIA

0
642

DelincuenciaLa creciente criminalidad es una lacra que sin duda ha rebasado al gobierno saliente de Ollanta Humala. Ante esta grave ineficacia  la ciudadanía es la que sigue pagando los platos rotos. Es casi imposible ya incluir en un solo párrafo todos los nombres  de las víctimas mortales de la delincuencia que a diario salen en las noticias. Para enfrentar este grave problema y reducir su incidencia se necesitan intervenir con un enfoque social más efectivo que las simples actuaciones policiales de represión y detención momentánea. Se necesita básicamente actuar con inteligencia.

Por lo pronto es fundamental mejorar la calidad de un debate muy simplificador que sólo aborda el tema policialmente, manteniendo la discusión encerrada entre cuestiones como hacer imputables a los niños, crear cárceles especiales para niños y adolescentes, presionar a los jueces por mayores penas y gastar más en seguridad. Dados los limitados resultados obtenidos al intentar enfrentar el problema por estas vías, parece que urge poner la discusión en un marco de análisis más amplio que integre, junto a los temas policiales, muchos otros. 

Es errado aplicarles a todas el mismo tratamiento. Se debería diferenciar por lo menos entre el crimen organizado -conformado por las mafias del narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, el robo de automóviles- y una delincuencia joven en ascenso conformada por delitos menores de adolescentes y jóvenes que después pueden ir escalando y convertirse en cada vez más graves.

A las mafias debe aplicárseles el máximo peso de la ley. Desarticularlas por todas las vías. Hoy, muchas forman parte de mafias internacionales globalizadas. Se requieren, además de respuestas nacionales, esfuerzos internacionales en áreas como el lavado de dinero, los paraísos fiscales, la corrupción, y otras que permiten a las mafias financiar y legalizar sus ganancias.

Se argumenta que estarían dejando salir a delincuentes que después vuelven a reincidir. La realidad no es tan sencilla. Muchos de los jóvenes encarcelados llegaron al delito desde la marginación total. Cuando salen con prontuarios penales adicionales están mucho peor que antes para obtener algún tipo de inserción. 

En lugar de trabajar o planificar en ofrecerle a los jóvenes en riesgo mayor acceso a la educación, más oportunidades de trabajo y mayor apoyo para la funcionalidad de la familia, la respuesta convencional es "más de lo mismo": represión, encarcelamiento y punición. Se está facilitando así la generación de una mano de obra cautiva para el crimen organizado. Mientras que la sociedad es indiferente a su destino, las mafias les ofrecen incentivos económicos inmediatos. 

Un debate con estas y otras simplificaciones crea el ambiente para la mano dura que agresivamente postulan los sectores más conservadores. A ellos se les suman quienes tratan de conseguir ganancias electorales con el tema. El problema de la inseguridad ciudadana requiere soluciones multipropósito.

Hay que modernizar, capacitar y recuperar a la policía, que es una institución decisiva para la prioritaria lucha contra el crimen organizado; fortalecer la justicia; reformar el pésimo sistema penitenciario; reducir la tenencia de armas cortas, pero al mismo tiempo, pasar del enfoque sólo policial del problema a uno más amplio que responda a su complejidad. 

A pesar del sensacionalismo con que se suele tratar el tema y del interés de algunos sectores en ganar votos como sea, una parte considerable de la opinión pública está abierta a una discusión más amplia. 

Si se logra elevar la calidad del debate, la sociedad defenderá una respuesta integral y no caerá en la trampa de la represión alegre. En muchos países de la región, políticas públicas acertadas, el esfuerzo de organizaciones pioneras de la sociedad civil y jueces ejemplares han logrado incluir a miles y miles de jóvenes en riesgo. Esta es una de las tareas que tendrá que emprender el próximo gobierno con carácter de urgencia. Y el gobierno de PPK está obligado a ganarle la batalla pues la inseguridad y la violencia urbana amenaza con tomar el control en muchas zonas carentes de resguardo policial. Hasta mañana mis amigos de Primera.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here