Mauro Felicori es un funcionario italiano que se desempeña como nuevo director del famoso Palacio Real de Caserta pero que no es visto por sus otros trabajadores, ya que algunos sindicatos los han denunciado públicamente por trabajar demasiado. El palacio, como tantos otros tesoros artísticos y culturales, se encontraba en decadencia tras décadas de mala gestión y el gobierno eligió a Felicori hace cinco meses para regresarlo a su antiguo esplendor.
Pero los sindicatos se quejaron al ministro de Cultura porque el experto en gestión de bienes culturales de 63 años trabaja desde muy temprano hasta muy tarde, incluidos los fines de semana, sin informar al resto de personal. “Ese comportamiento pone toda la estructura en riesgo”, se lee en la misiva de los sindicatos, según el portal de la BBC de Londres.
SALIÓ EN DEFENSA
Al ver publicada la carta en contra de Felicori en el diario Il Corriere della Sera, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, salió en defensa del funcionario y calificó la acusación como “ridícula”.
Felicori fue uno de los 20 “superdirectores” contratados el año pasado por el Ministerio de Cultura para revivir los museos públicos del país. “Los sindicatos que se quejan de Felicori, elegido por el gobierno en un proceso de selección internacional, deberían darse cuenta de que el viento ha cambiado. ¡Se acabó la diversión!”, escribió el primer ministro Renzi, quien está llevando a cabo un amplio proceso de reformas en el país.
“Estamos con él”, respaldó al director del palacio ubicado cerca de Nápoles, que es patrimonio de la Unesco y conocido como el Versalles de Italia. Y Felicori aseguró que la queja es “una bofetada”, pero que está decidido a seguir adelante con su tarea.