Justo Arizapana, testigo clave del caso del secuestro y asesinato de los nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán Valle – La Cantuta por parte del Grupo Colina, falleció hoy.
El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) del Ministerio de Cultura del Perú, lamentó el fallecimiento de Justo Arizapana, quien ayudó en el caso cuando se desempeñaba como reciclador.
Según recordó el LUM, el 25 de abril del año 1993, Arizapana presenció el entierro de cuerpos calcinados en la Quebrada Chavilca, en el distrito de Cieneguilla.
Posteriormente, realizó un croquis para ubicar las fosas cavadas por el Grupo Colina. Los familiares de las víctimas llevaban un año buscándolos.
“La verdad se abrió paso gracias a su denuncia y al mapa que dibujaron con Guillermo Catacora. Hoy descansa después de mucho sufrimiento”, escribió en su cuenta en Twitter, Gisela Ortiz, hermana de una de los estudiantes universitarios asesinados por Colina.
Por su parte, Carlos Rivera, abogado de los familiares, destacó que Arizapana jugó un papel fundamental en el caso.
Tras presenciar los entierros, el reciclador denunció el hecho junto a su amigo Guillermo Catacora ante el congresista Roger Cáceres, quien entonces investigaba el tema.
A él entregaron huesos y el croquis para llegar a las fosas, documento al que tuvieron acceso algunos periodistas. El hecho marcó el destape del caso.
En abril de 2009, el expresidente Alberto Fujimori fue condenado a 25 de prisión como autor mediato de las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos.