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Como se esperaba hoy fue citado y dado de baja por la Comisión Permanente del Congreso el controvertido, astuto y sospechoso contralor Edgar Alarcón. La Comisión aprobó el dictamen que recomienda la remoción del contralor. La decisión fue tomada con 22 votos a favor, 0 en contra y una abstención. Antes de la votación, Edgar Alarcón formuló sus descargos respectivos e insistió en no haber cometido ningún ilícito y en tener la idoneidad para mantenerse como titular de la Contraloría General de la República. La Comisión Permanente basó su decisión en el informe elaborado por el grupo de trabajo encabezado por el legislador Marco Arana, y tras escuchar los alegatos finales de Alarcón. Dicho informe consideró su remoción por unanimidad al advertir que cometió faltas graves y transgredió el Código de Ética de la Función Pública.
La suerte del Contralor ya estaba echada, no dijo nada importante como para cambiar el curso de las acusaciones. Personalmente estoy de acuerdo con esta decisión pues dicho cargo exige una impoluta trayectoria profesional y personal, libre de la mínima sospecha, puesto que representa el control del buen manejo de los bienes del Estado.
Muerte anunciada
La semana pasada, el grupo encargado de revisar la solicitud de remoción de Alarcón, formado por Marco Arana (FA), Juan Sheput (PpK), César Vásquez (APP) y los fujimoristas Héctor Becerril, Rolando Reátegui y Octavio Salazar, emitió un informe contundente que concluyó que el funcionario cometió cuatro faltas graves.
Las faltas que halló la comisión Arana son: favorecimiento indebido en la contratación de una trabajadora, sometimiento ante un auditor, las operaciones comerciales que mantuvo con un proveedor del órgano de control y sus declaraciones juradas que habrían sido presentadas incompletas.
Todo hace predecir que no habrá postergación alguna pues de buena fuente sé que de no asistir Alarcón la Comisión se pronuncia de todas maneras hoy, entonces al final del día ya se podrían estar voceando los nombres de los candidatos a postularse al primer cargo de la Contraloría
Al ampliarse la acusación constitucional contra Alarcón por haber adelantado opinión en el caso de la ministra Marilú Martens se podría ratificar el pedido para que el contralor sea inhabilitado por 10 años para ejercer la función pública.
La Ley Orgánica de la Contraloría dice que el contralor debe ser alguien de alta solvencia moral; pero una persona que graba las conversaciones privadas en las que participa no lo es, aunque él insiste en decir que no es quien hizo las grabaciones.
Lo que tenemos que hacer es analizar qué acciones tomamos para que, en el futuro, gente con cuestionamientos no sea nombrada en el cargo de contralor. Para ello se tienen que reforzar las entrevistas personales a los postulantes, realizar un análisis exhaustivo de las hojas de vida, ampliar el plazo para recibir opiniones sobre cada candidato.
Con el caso de Édgar Alarcón ahora nos damos cuenta del por qué la Contraloría no ha dado los resultados que esperábamos en materia de lucha contra la corrupción. Efectivamente, yo creo que ahora lo que se debe hacer es reorganizar la Contraloría para que cumpla cabalmente con la función de resguardar los recursos públicos.
A la luz de los hechos con características de espionaje chicha es cierto que Alarcón ya no daba la talla para estar a la cabeza de la Contraloría. Pero hay que darle el mérito de no haberse sometido a la presión del gobierno en busca de coronar la construcción de un aeropuerto en el que iban a salir tremendamente favorecidos intereses privados ajenos al bien nacional. Alarcón resultó siendo una ficha más en el oscuro juego político local, cumplió su función y al tener rabo de paja está saliendo por las patas de los caballos. Mientras que las manos negras que mueven las fichas siguen a buen recaudo. Así de simple. Hasta mañana mis amigos de Primera.
