WANTÁN FRITO 

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Boluarte regresó con otro escándalo de China 

Presidenta se promocionaba por acuerdos, pero se reveló que su ministro de Trasnportes se reunió con empresa asiática procesada por corrupción 

En el hermético corazón del poder peruano, un encuentro signado por la controversia ha despertado interrogantes y avivado las llamas de la sospecha. Funcionarios gubernamentales, de rostro impenetrable y mirada adusta, se reunieron con representantes de China Railway Construction Corporation (CRCC), una empresa envuelta en un torbellino de acusaciones e irregularidades. 

CRCC, subsidiaria de CRCC Investments, no es ajena a las sombras. En Perú, la Fiscalía de la Nación la investiga por una serie de faltas que van desde la presentación de información inexacta hasta el uso de documentos falsos. Sus contratos incumplidos y las sanciones acumuladas, que ascienden a casi 6 millones de soles, la pintan como una empresa de dudosa reputación. 

A pesar de este historial cuestionable, CRCC logró tejer una cita con altos mandos del gobierno peruano. El encuentro, inicialmente previsto para la propia presidenta, fue derivado al ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes. Entre sonrisas protocolarias y apretones de manos, se firmaron acuerdos y se esbozaron planes futuros. Sin embargo, un manto de incómodas preguntas se cernía sobre la reunión. 

La ciudadanía no permanece impasible ante este cuestionable encuentro. Expertos como Cecilia Ruiz, versada en contrataciones, denuncian la desventaja que sufren las empresas peruanas frente a colosos como CRCC. «Compiten con un Estado, nada menos que el chino», manifestó en Canal N, poniendo en relieve la asimetría de poder y las posibles repercusiones en la economía local. 

La reunión entre funcionarios peruanos y representantes de CRCC deja más dudas que certezas. El camino que tomará el gobierno peruano en este espinoso asunto aún no está claro. ¿Prevalecerá la transparencia y la ética, o sucumbirá ante el poder y la influencia de las grandes corporaciones? La respuesta definirá el futuro de las obras públicas, el bienestar de los proveedores y, en última instancia, la confianza del pueblo en sus gobernantes. 

Cabe indicar que la presidenta tuvo una reunión con Xi Jinping, en la que se firmaron nuevos acuerdos de cooperación. Previamente, hubo mantuvo un encuentro con Zhao Leji, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, y con el primer ministro Li Qiang 

También en Shenzhen, en el sur del país, y Shanghái, en el este, donde inauguró una exposición y se reunió con ejecutivos de Huawei, BYD y Cosco Shipping, empresa que lidera la construcción del megapuerto de Chancay. La visita tuvo un costo para el Estado de S/523,419. 

Al parecer, las ínfulas totalitarias del Partido Comunista Chino hicieron que salga a relucir el lado mandón de Boluarte, ya que, a su regreso, impidió que la prensa le haga preguntas, y hasta la emplazó a que repita las 24 horas la firma para la construcción estos hospitales de alta complejidad en Áncash y en Piura. 

“Repitan esto, en sus cámaras o en sus micrófonos, estoy convencida que más peruanas y peruanos podrán enterarse de las cosas buenas que este gobierno está haciendo», dijo la aún presidenta. 

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