EL PODER DEL FÚTBOL

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Peru-UruguayAyer le volteamos el partido a Uruguay y le ganamos 2 a 1. Con este resultado recuperamos la esperanza por la lucha para llegar al mundial. Pero ese triunfo, la manera en que se consiguió y el momento en que se logró nos está dando una lección extra futbolística. Hoy no es un día cualquiera. Hoy la gente sale de su casa con una sonrisa en el rostro. Con la frente en alto y sólo quiere hablar de fútbol. El balompié es un tema inevitable, sobre todo porque nos está demostrando que tiene poder.

El fútbol tiene un poder que ningún gobierno tiene y se traduce en la potestad de devolverle la esperanza a un país en 90 minutos. De levantarle la moral hasta las nubes moviendo un balón en el aire y haciendo goles. Ayer en la noche, once muchachos le devolvieron la esperanza y la alegría a 30 millones de peruanos por que salieron decididos y comprometidos en que no se podía perder.

Casi medio país esta con el agua hasta el cuello. A nuestros compatriotas del norte del país les llueve sobre mojado. En Piura la mayoría ha perdido todo su patrimonio y muchos de ellos a sus seres queridos. Están desolados porque se sienten abandonados. Porque no confían en el Estado, ni en sus autoridades políticas. Porque esperan y esperan y a nadie parece interesarles su abandono. Más confían en los medios de comunicación que en sus autoridades. Desde hace varios días los teléfonos de Radio Programas del Perú (RPP) se han convertido en una especie de 911 o 105. Han asumido la responsabilidad de convertirse en receptores de miles de llamadas de auxilio, con casos desgarradores que reflejan en el tono de sus voces incertidumbre, pánico, dolor y abandono. Relatos que describen la situación en que se encuentran nuestros compatriotas por la ineficiencia y corrupción de sus autoridades frente a una emergencia nacional. Estas incesantes llamadas demuestran que los peruanos en desgracia perdieron la confianza en sus líderes y en los responsables de protegerlos, para volcarla en los medios de comunicación y en sus periodistas, para conseguir ser oídos y auxiliados de manera directa.

Ayer muchos peruanos en Piura han seguido el partido de futbol por radio, parapetados sobre sus techos, sin luz, agua y tal vez sin alimentos. Pero estoy seguro que el partido de ayer los ha hecho sentir más peruanos que nunca, porque han sentido que esos once muchachos llenos de pundonor estaban jugando por ellos, que esas 50 mil almas del Estadio Nacional estaba ahí por ellos, que el país entero estaba haciendo barra por ellos. Así lo expresaban las pancartas y carteles y las más de 180 mil botellas de agua que los aficionados llevaron al coloso de “José Diaz” para enviarlas al norte del país. Sin contar las toneladas de alimentos que dejaron en los centros de acopio a las afueras del estadio. Esa Lima que a veces muchas provincias ven como distante e indiferente se puso de pie con todo lo que tenía para gritar que el Perú es uno solo.

El pueblo peruano con estas acciones de solidaridad y de amor patriótico, está deslindando con la mala clase política, con esos malos peruanos que se han enquistado cual cáncer traicionero en los gobiernos y en el aparato estatal en los últimos lustros. Rechazando esa clase política que ha utilizado la ingenua voluntad popular para encumbrarse en el poder, para luego aprovecharse de los recursos de todos los peruanos en beneficio propio e ilegal. Esa clase política que cada vez está más identificada y repudiada por el pueblo. Esa clase política corrupta que le juega en contra al Perú. Esas autoridades que no tiene vergüenza de sustraer los recursos del pueblo para dejarlo a merced del embate de la naturaleza. Esos políticos no merecen llamarse peruanos. Esos malos políticos le juegan sucio al Perú. Es tarea de todos identificarlos y denunciarlos públicamente, el no hacerlos nos convierte en cómplices pasivos de esa corrupción.

Hoy es un día de fiesta por que ayer ganó el Perú. Y no sólo se ganó en el futbol, sino se ganó en la certeza de saber que los peruanos sabemos permanecer unidos en la adversidad, solidarios ante la desgracia y orgullosos de saber que de una forma o de otra saldremos adelante. El fútbol tiene poder. Hasta mañana mis amigos de Primera.

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